Somos lo que hacemos: no lo que decimos
Uno puede decir que es fumador, pero si no fuma, no lo es. De la misma forma, de nada le servirá a alguien decir que NO es fumador, si en realidad fuma. Por eso mismo, aunque cada año nos surgen deseos y planes de cambio, mejora y progreso, es raro llegar a cumplirlos. Para empezar porque suelen ser tan ambiciosos, que cumplirlos no solo requeriría una gran fuerza de voluntad y resistencia.
También sería necesaria una gran capacidad de organización y reorganización, además del tiempo necesario correspondiente.
¿Qué hacer?
Es mejor empezar por pequeños pasos que podamos cumplir, como recomienda James Clear en sus «Hábitos Atómicos».
Una vez adquirida una pequeña rutina, se puede añadir otra y, así, seguir creándose nuevas rutinas.
Aunque al comienzo parezcan inútiles o poco efectivos, esos pequeños pasos son como la desviación inicial de un solo grado en la ruta de un avión:
Al comienzo no se nota, pero, conforme va avanzando el avión, la desviación va aumentando y se termina en otro lugar.
LA RUTINA MÍNIMA
Te propongo crearte una rutina mínima de Remedeo de cinco minutos diarios durante cinco semanas.
(Es el tiempo y frecuencia mínima que he calculado para que surja dentro de tu cabeza la Voz Interior: como si alguien te dictara el texto o audio elegido.)
¿Qué necesitas?
- Un par de auriculares (también llamados audífonos).
- Una buena conexión a una plataforma como YouTube. (Te recomiendo probar el plan Premium, que es gratuito durante un mes. Así no tendrás interrupciones ni avisos.)
- Seguir los siguientes pasos:
Pasos a seguir
1)Elige un video en el idioma de tu elección que cuente con subtítulos o la correspondiente transcripción.
2) Elige uno de 20-30 segundos de duración. O, en su defecto, recórtalo con la herramienta correspondiente de YouTube.
3) Elige uno en el que no haya pausas en el flujo verbal (para optimizar el entrenamiento), como en este.
4) Remedea cada palabra (y cada una de sus sílabas) más o menos un cuarto de segundo después. (Al comienzo no será fácil. No te desanimes. Tu cerebro irá aprendiendo sin que lo notes.)
5) Realiza el ejercicio a diario (salvo domingos) a la misma hora y, de ser posible, en un mismo y aislado lugar durante 5 minutos. (Defiende tu rutina de intrusos e interrupciones.)
Otros consejos
→Al comienzo cometerás muchos errores y pensarás que nunca podrás conseguirlo sin cometer ningún error.
→No te desanimes, continúa. Es como aprender a manejar bicicleta: como al comienzo el cerebro no se puede concentrar en todos los aspectos de la nueva tarea, se enfocará en sus aspectos más importantes: no caerse e ir en línea recta, por ejemplo. Poco a poco y, sin que te des cuenta, tu cerebro irá cubriendo y dominando cada uno de los aspectos necesarios.
→Más o menos en la tercera semana tu cerebro empezará a salir de su supuesto letargo (no es tal: ha estado aprendiendo) y entonces empezarán a ocurrir pequeños ‘milagros’. Así verás que ya dominas la velocidad del remedeo e incluso el vocabulario, de modo que ahora tu cerebro empezará a ocuparse de las tareas más finas como el acento de la persona que habla y su exacta pronunciación.
→También ocurrirá acaso el «milagro» más importante: el texto/audio (especialmente si es solo de 20-30 segundos) empezará a resonar en tu cabeza (casi como una canción). Y entonces será como si alguien te estuviera «soplando» todo por unos auriculares invisibles: la el texto (las palabras), su pronunciación y su entonación.
Que te diviertas.
(Que será lo que ocurrirá si inviertes atención, interés, esfuerzo y enfoque, pues tu cerebro te lo premiará con recompensas internas.)
HjV